sábado, 14 de julio de 2012

EFEMERIDES 2011: LAS NOCHES MADRILEÑAS DE ROBERTAZAR


A estas alturas la mayoría de seguidores de los Premios W ya conocen sobradamente a Robertazar, uno de los favoritos ineludibles cada año y también, uno de los mas queridos por la afición. Así, que no creemos que sea de extrañar la historia que vamos a narrar a continuación.

Robertazar lleva años fijando una de sus múltiples residencias en Madrid, si bien, solo durante los 5 funestos días de entre semana, ya que los fines de semana  suele atacar a la suma en diversos parajes de nuestra orografía. Por entonces, Robertazar era un ser feliz, con su trabajo de chico de los recados, viviendo en el mismo centro de Chueca, y por encima de todo, compartiendo piso y cama con su amigo, su hermano, su socio, su colega, su gran amor platónico, Jairo Flamenko.

Solían disfrutar de esa felicidad con constantes noches de fiesta y poderosas resacas laborales, y es, una de esas noches la que nos incumbe hoy.

Pese a estar en Madrid, las patadas de Flamenko eran también allí una constante, y en una de esas noches en las que le dejo solo, Robertazar se paro a pensar entre lagrimas que el amor que sentía por Jairo Flamenko igual no era compartido. Así que decidió calmar sus ansias sexuales y su libido desatado haciendo algo que también se le da muy bien, ir de putas.

Vislumbro las opciones que a esas altas horas quedaban pero no encontró lo que buscaba en la calle montera. Lo que buscaba obviamente era un travelo, pero se tuvo que conformar con facturar con una amable chinqueta que le ofreció subir a uno de los pisos francos que pueblan la zona.

Allí todo ocurrió deprisa, y Robertazar salió con el objetivo cumplido, pilonear, y además la metió en caliente, cosa que no le ocurría desde hacia meses. Hasta que bajo a la calle, y contemplo sus bolsos vacíos, no por el dinero gastado en la facturación, si no porque la señorita de prepago le había robado el móvil, un Iphone de ultima generación con el que Robertazar se tocaba en el baño. Ante tal desfachatez por parte de la trabajadora de la calle, nuestro protagonista decidió subir a recuperar lo perdido, con tan mala suerte que estaba el chulo esperándole. Entonces, al rey de los piloneros no le quedo más remedio que huir nuevamente bañado en lágrimas.

El nivel de alcohol y la tristeza era tal que Robertazar decidio irse a casa, cogió el metro, y pensó (mientras miraba a otra prostituta que tenia en frente) en todas sus perdidas a lo largo de su vida. Dientes, saxofones, virginidad anal, 12 llaves de casa… No entendía porque todo le pasaba a él, hasta que se durmió.

Al despertar salió del metro y fue rumbo a casa, nuevamente una sensación de vacío en sus bolsillos le invadía, no la dio mas importancia, no quiso saber mas. Pero al ir abrir la puerta de casa, comprobó con estupor que la cartera también le faltaba, todo su dinero, su tarjeta de socio de Malvinas y las fotos de las vacaciones con Flamenko en Praga, todo había desaparecido, ¡todo había sido robado por otra prostituta, la del metro!

Poco mas podemos añadir a esta triste historia, con ella, no queremos llevaros a pensar que el facturar sea malo, ni mucho menos. Solo queremos  poneros en conocimiento para cada vez que habléis con Robertazar y penséis que es alguien especial. Así, comprenderéis que no solo es especial, también es un poco tonto.

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